Carrera militar en el Ejército Español
Participó en 17 acciones de guerra: Plaza de Orán,
Port Vendres, Baterías, Coliombré, fragata de guerra Dorotea en un combate con el
navío británico El León,
Torre Batera, Cruz de Yerro, Mauboles, San Margal, Baterías de Villalonga,
Bañuelos, las Alturas, Hermita de San Luc, Arrecife de Arjonilla, Batalla de
Bailén, combate de la Villa de Arjonilla y en Batalla de Albuera.
Batallas en el Río de la Plata
■
Combate de San Lorenzo
La primera acción militar de San Martín y su recién
creado Regimiento de Granaderos a
Caballo estuvo
dirigida a detener las incursiones con que los realistas de Montevideo asolaban las costas del río Paraná, principal afluente del Río de la Plata y vía de comunicación estratégica para la región.
San Martín se instaló con sus tropas en el convento
de San Carlos, posta de San Lorenzo, en el sur de la
actual Provincia de Santa Fe. El 3 de febrero de 1813 y
ante el desembarco de 300 realistas, se libró el Combate de San Lorenzo, casi frente al
convento, a orillas del río.23
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Ejército del Norte
Como comandante del Ejército Auxiliar del Perú
debió reorganizar un ejército deshecho por las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.
A tal fin retrocedió hacia San Miguel de Tucumán, donde acantonó al
ejército en una fortaleza en construcción, conocida como la Ciudadela, y se
dedicó a reforzarlo y adiestrarlo concienzudamente.
Guerra
independencia de Chile
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Batalla de Chacabuco
(1817)
Fue una decisiva contienda de
la Independencia de Chile en la cual
combatieron elEjército de los Andes de las Provincias Unidas del Río de la Plata y
el Ejército Realista, resultando en un firme
triunfo para el bando independentista comandado por José de San Martín que contó con
contingentes emigrados de Chile (pasando estos al Ejército Unido). Tuvo lugar el 12 de febrero de 1817, en la hacienda de
Chacabuco (Colina), a 55 km al norte de la ciudad de Santiago (contados
desde el centro de la antigua pequeña ciudad).
Tras el desastre de Rancagua, que causó el fin de
la Patria Vieja, los exiliados chilenos se
trasladaron a Cuyo,
donde se pusieron bajo las órdenes del general José de San Martín, gobernador de la provincia,
que había desarrollado un plan para derrotar a los realistas atacando el Virreinato del Perú por mar desde Chile.
La ocupación realista de Chile le obligaba a liberar
primeramente ese país.
Los chilenos Bernardo O'Higgins y Ramón Freire ayudaron
a organizar y adiestrar al llamado Ejército de los Andes.
San Martín liberó a los
esclavos negros siempre que se enrolasen en las tropas, e incorporó en ellas a
los patriotas chilenos que seguían a O'Higgins (ya que no existía un ejército
propiamente chileno, pasando a formar parte íntegra del ejército libertador) y
aquellos soldados de Carrera que estuviesen dispuestos a servir bajo sus
banderas.
Entre chilenos y
argentinos el ejército llegó a contar con alrededor de 4.000 hombres
perfectamente armados y disciplinados.
Luego del Cruce de los Andes las fuerzas patriotas
dirigidas por San Martín marcharon por la ladera poniente del macizo, llevando
consigo las piezas de artillería, alimento y ropajes.
Tras reunirse el 9 de febrero en
el Campamento de Curimón las
columnas que cruzaron los Andes por "camino de Los
Patos" junto con las que cruzaron por el "camino de
Uspallata", se resolvió atacar en la madrugada del día 12. Con
el fin de emplear una táctica de pinzas por el frente y la retaguardia, se dividieron
a las tropas disponibles en dos:
·
La 1º División o ala derecha al mando de Miguel Estanislao Soler que debía
atacar por el oeste, estaba compuesta por los batallones Nº1 de Cazadores y
Nº11, las compañías de Granaderos y Cazadores de los Batallones Nº7 y Nº8, el
escuadrón Nº4 de Granaderos, el escuadrón escolta del general en jefe y 7
piezas de artillería de 4" con 80 artilleros de dotación. Ascendía el total
de esta columna a 2.000 hombres.
·
La 2º División o ala izquierda al mando de Bernardo O'Higgins debía atacar por el
este; estaba formada por las compañías de fusileros de los batallones 7 y 8,
los escuadrones restantes 1º, 2º y 3º de Granaderos a caballo y 2 piezas de
artillería (que perderían en el desfiladero) de 4" con el resto del
batallón de artillería. Ascendía el total de esta columna a 1.500 hombres.
Los patriotas muertos fueron
12 y 120 heridos, mientras que los realistas sufrieron 500 muertos, quedando
prisioneros 32 oficiales y 600 soldados.6 Fue capturada la
bandera del Regimiento de Chiloé, junto con aproximadamente mil fusiles, dos
piezas de artillería, seis espadas, 16 cajones de municiones, dos barriles de
pólvora, cuatro fardos de vestuarios, una treintena de equipajes y la
correspondencia.
■
Batalla de Cancha Rayada (1818)
fue una batalla de la Independencia de Chile, desarrollada en el
marco del periodo independiente de la Patria Nueva,
en la cual fueron derrotadas las fuerzas patriotas mandadas por José de San Martín en el encuentro sostenido con las
fuerzas realistas en la ciudad de Talca.
Tras la invasión del ejército de José de San Martín, derrotando a la fuerza de Rafael Maroto que se le opuso en la Batalla de Chacabuco en febrero de 1817, los restos de las
fuerzas leales al monarca tuvieron que replegarse hasta recibir los refuerzos
que el virrey Joaquín de la Pezuela pudo reunir en base a tropas
americanas y un batallón y escuadrón expedicionarios, que atravesaron por el cabo de
Hornos, y por tanto no habían sido retenidos por Pablo Morillo en la Costa Firme.
Después del juramento de independencia el 12 de febrero de 1818, el Ejército Unido Libertador de Chile -unión del Ejército de los Andes y las nuevas unidades pertenecientes
al reformado Ejército de Chile- conformado por 8.000 hombres, seguía observando a los realistas que
avanzaron situándose en la ciudad deTalca.
Al caer la noche del 18 de marzo de 1818, el ejército aliado
acampó en dos líneas paralelas dispuesto a pasar la noche. El general José de San Martín viendo su posición muy comprometida,
decidió cambiar de posición antes del amanecer, pero a iniciativa del general José Ordóñez, los realistas decidieron atacar
cuanto antes.
Sorpresivamente, San Martín fue
avisado de que el enemigo salía de la ciudad, y sin tiempo para organizar la
defensa, fue atacado por las tropas realistas. La confusión y el pánico
desorganizaron las filas patriotas. Pero el general Juan Gregorio de Las Heras, que conocía la
táctica realista de tomar por sorpresa al enemigo, pudo salvar íntegra la
división de 3.000 hombres, escapando a menos de 200 metros de la retaguardia
realista en un acto brillante, de la misma manera el teniente coronel Manuel Blanco Encalada al mando de las piezas de su batería,
logró protegerse del ataque enemigo retirándose en orden con sus hombres.
San Martín logró
movilizar a sus hombres hacia una posición donde sus tropas comenzaron a
responder el fuego. Una vez realizada la maniobra las tropas patriotas se
retiraron dejando 120 muertos, 300 heridos, 2.000 dispersos y 21 cañones. Según
el parte de Osorio al virrey Pezuela sus fuerzas tuvieron 40 muertos y 110
heridos contándose entre los primeros al teniente coronel Juan José Campillo
comandante del batallón Concepción.
En los
primeros días de abril de 1818 el general San Martín lograba
finalmente la reorganización del Ejército Unido encontrándose nuevamente en
condiciones de enfrentarse a las fuerzas realistas -en la que sería la batalla
decisiva del conflicto: la Batalla de Maipú.
■
Batalla de Maipú
En el sector conocido como los
Cerrillos del Maipo, al poniente de Santiago de
Chile. Durante la misma se enfrentaron las fuerzas patriotas del Ejército Unido Libertador de Chile —formado
por tropas argentinas del Ejército de los Andes y chilenas del Ejército de Chile— al mando del capitán general José de San Martín, contra el Ejército Real de Chile bajo las
órdenes del general Mariano Osorio.
Acaecida la derrota patriota
en la noche del 19 de marzo de 1818 en Cancha Rayada, las tropas revolucionarias
dispersas intentan un reagrupamiento en base a la retirada en orden ejecutada
por la columna comandada por el coronel Las Heras y el general San
Martín del campo de la derrota. Las tropas americanas emprenden el Camino Real hacia
Santiago de Chile.
El hecho de armas acaeció al
sur de Santiago de Chile distante aproximadamente a 10 km, en los llanos del río Maipo,
allí San Martín organizó a su ejército en una posición elevada esperando el
ataque español, el cual se colocó casi cara a cara en una posición elevada de
la misma manera que la posición patriota.
Poco antes del mediodía, el
ejército patriota rompió fuego con la artillería de Manuel Blanco Encalada, pero luego de un
tiempo San Martín se dio cuenta de que los realistas habían tomado una posición
defensiva y decidió iniciar el ataque.
Envió las fuerzas atacando el centro
y la derecha de los españoles, mientras que Juan Gregorio de Las Heras comandó el
ataque por las fuerzas colocadas en otro cerro, allí los patriotas tomaron un
cerro, amenazando la izquierda realista. Mientras tanto, los ataques patriotas
no parecían lograr quebrar las líneas realistas y la batalla se encontraba en
tablas, entonces San Martín decidió enviar los batallones de reserva a la
batalla atacando y cargando por todos los flancos y el centro español.11 Muchos
creen que esa decisión definió la victoria.[cita requerida]
En el flanco izquierdo, Las
Heras y sus hombres junto con un grupo del Regimiento de Granaderos a Caballo —
unidad creada por San Martín — tomaron la posición española en el cerro a su
izquierda, cuyos defensores (realistas) se replegaron al centro del otro cerro
donde todavía se encarnizaban duros combates.
Pero todas las fuerzas de Las
Heras y otros, atacaron la izquierda realista mientras con un movimiento
oblicuo los patriotas cargaron sobre la derecha y el centro enemigo. Osorio,
creyéndolo todo perdido se retiró con su caballería buscando salvar su vida.11 José Ordóñez nunca se resignó a perder la
batalla y organizó maniobras con las que solo se desorganizó más, debido a lo
estrecho del terreno.
Así, la mayor parte del
ejército patriota subió al llano donde sólo quedaban los 4 batallones
españoles, Burgos, Arequipa, Concepción e infante Don Carlos (Real de Lima),
rodeados por todas partes. A pesar de ello, se resistieron a rendirse o a huir.
Entonces del batallón de
Burgos salieron unas voces, ya legendarias. "Aquí está el Burgos. Dieciocho batallas ganadas, ninguna perdida",
mientras hacían ondear su laureada bandera, victoriosa en la batalla de Bailén y en tantos otros
combates. La situación era trágica para ellos. Los otros batallones realistas,
decidieron resistir de la misma manera. El batallón de Arequipa estaba mandado
por José Ramón Rodil, el héroe del Sitio de El Callao.
Los batallones formaron el
cuadro para resistir a la caballería. Los cazadores a caballo fueron rechazados,
pero al formar el cuadro se convirtieron en un blanco más fácil para los
fusiles de los infantes enemigos. Los batallones comenzaron a sufrir
horriblemente por la fusilería y a continuación el 1º chileno cargó, para ser
rechazado. El 7º de Los Andes lo intentó a su vez y fue asimismo rechazado. Los
cuadros españoles, llenos de muertos y heridos, mantuvieron la posición.
Los cuadros realistas
comenzaron a moverse, retirándose hacia el caserío de Lo Espejo dirigidos
por el general Ordóñez en número de dos mil.12 Durante
el movimiento fueron atacados continuamente y fueron dejando un reguero de muertos
a lo largo de su trayecto, pero no rompieron las filas y mantuvieron el orden.11
La artillería se
acercaba, ya a corta distancia, y la metralla finalmente rompió las filas, pero
era inútil, porque no rompieron su formación y lentamente se fueron retirando
del campo de batalla, hostigados por todas partes.
San Martín, artífice de la
victoria, diría: "Con dificultad
se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más sostenido, y jamás se vio una
resistencia más vigorosa, más firme y más tenaz".
Los granaderos de
Primo de Rivera, se retiraron al mismo sitio, el caserío de Lo Espejo. Debían
formar el cuadro y soportaron ocho cargas del enemigo. Sufrieron un tercio de
las bajas pero guardaron la formación y alcanzaron el caserío.
Los realistas se agruparon en
el caserío. Bernardo O'Higgins, con mil hombres, llegó al
campo de batalla.11 El
batallón de cazadores de Coquimbo se lanzó contra el caserío, creyendo que los
fatigados realistas cederían. Sin embargo, las descargas de fusilería y de dos
cañones que les quedaban, les infringieron 250 bajas, lo que causó su retirada.13
San Martín no quiso poner en
peligro a más hombres, por lo que ordenó concentrar la artillería. Diecisiete
piezas se juntaron y arrasaron Lo Espejo. Los restos de los batallones
españoles soportaron el fuego. Apoyados por las piezas, los patriotas se
lanzaron al asalto definitivo. Los escasos defensores que quedaban en el
caserío fueron arrollados.3 Ordóñez
y Primo de Rivera se rindieron; la batalla había terminado.
El general chileno Bernardo
O'Higgins, convaleciente de una gran herida (producto de la derrota aliada en
Cancha Rayada), se presentó poco antes de terminado el último ataque contra los
realistas y entusiasmados por la victoria San Martín y O'Higgins se abrazaron
victoriosos en una escena que dio origen a un cuadro, el histórico abrazo
conocido como El abrazo de Maipú,
donde O'Higgins le dice a San Martín ¡Gloria al salvador de Chile! y San Martín le responde General: Chile no olvidará jamás el nombre
del ilustre inválido que el día de hoy se presentó al campo de batalla es ese
estado. Gracias a esta batalla se aseguró la Independencia de Chile.
Los patriotas perdieron un 35%
de sus fuerzas entre muertos y heridos. Los realistas sufrieron más de
1.500 muertos y 2.000 prisioneros,8 de
los cuales 700 al mando del desertor patriota Ángel Espejo fueron capturados en
el cerro Niebla por el coronel Manuel Rodríguez Erdoíza y
sus Húsares de la Muerteen la última carga de
caballería de la batalla. Además se capturaron grandes cantidades de
municiones. Las estimaciones de la época cifran las pérdidas realistas,
claramente exageradas, en 3.000 prisioneros, incluidos 190 oficiales, y 2.000
muertos, salvándose solo Osorio con 200 jinetes perseguidos de cerca por la
caballería patriota.16 Osorio
logró retirarse hasta Talcahuano con 600 sobrevivientes17 (aunque
los historiadores Castedo y Encina dicen que de los seiscientos sobrevivientes
las deserciones los redujieron a solo noventa).3
Los patriotas sufrieron la
pérdida total, incluidos los oficiales, del Batallón de
Negros de Mendoza, en tanto que los realistas pierden, hasta el
último hombre al Infante Don Carlos y el Batallón
Burgos (que no sobrevivió a su 19a batalla).
Independencia
y Protectorado del Perú
El 8 de
septiembre, el ejército al mando de San Martín desembarcó en la playa de Paracas,
cerca del puerto de Pisco, haciendo retroceder al ejército realista, que se replegó a la
zona de la Sierra.
El virrey Pezuela, tenía bajo su mando a unos 20.000
soldados, distribuidos por todo el virreinato, de los cuales la mayor parte
defendía Lima. Tratando de ganar tiempo para reunir a todos los soldados,
planteó una salida diplomática al conflicto, reuniéndose los delegados de ambas
partes en Miraflores (sur de Lima), que
finalmente no llegaron a ningún acuerdo aceptable para San Martín. Éste envió
una división al mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales por
la ruta de la sierra, para perseguir a las divisiones realistas ubicadas en esa
zona y propiciar la insurrección de las poblaciones a lo largo de su trayecto.
San Martín se reembarcó en la escuadra, y en los
primeros días de noviembre desembarcó en la localidad de Huacho,
donde fortificó su posición e inició su estrategia para sitiar definitivamente
Lima.
El 29 de enero de 1821 se sublevaron altos oficiales
realistas contra el virrey Pezuela, quien renunció a su cargo y fue sustituido
por el general José de La Serna, que sería confirmado más
tarde como virrey del Perú por la corona. El nuevo virrey propuso a San Martín
nuevas negociaciones diplomáticas, las cuales finalmente fracasaron debido a
que la propuesta definitiva del general era la independencia del Perú. El sitio
de Lima se prolongó por algunos meses; en el mes de marzo arribó al Perú el
capitán Manuel Abreu, enviado por el rey de España como
emisario pacificador, sin ninguna consecuencia favorable para los
independentistas. San Martín decidió iniciar una nueva estrategia y envió dos ejércitos,
uno al mando del general Guillermo Miller, para desembarcar en las costas del
sur, y otra al mando del general Arenales, hacia la sierra.
San Martín dejó Huacho y desembarcó en Ancón, estrechando el cerco a Lima.
Simultáneamente inició nuevas negociaciones de paz, que se realizaron
entre mayo y junio en la hacienda de Punchauca, cerca de Lima; los delegados de
San Martín fueron Tomás Guido, Juan García del Río y José Ignacio de la Roza; por parte del
virrey La Serna fueron Manuel Abreu, Manuel de Llano y José María Galdeano. Las negociaciones
fracasaron nuevamente.
Pocos días después se pasó a sus filas uno de los
más destacados regimientos de las fuerzas del virrey: el regimiento realista Numancia, compuesto de
venezolanos y neogranadinos, que había sido formada en Venezuela en
1813 y enviada al Perú tres años más tarde en por Pablo Morillo.
Esta deserción en masa desmoralizó al resto de las fuerzas realistas, obligando
a De La Serna a abandonar la ciudad el 5 de julio, internándose en la sierra.
Esto le abrió las puertas de Lima a San Martín.
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